viernes, 2 de octubre de 2009

¿Qué es hacer teología?

Seminario Teológico Misionero Tiranno
Materia : El quehacer Teológico
Profesor: Luís Eduardo Cantero
Alumno: Reyes Federico
Tema: Resúmenes de Lectura

¿Qué es hacer teología?

• La teología, esa desconocida.

Para muchos cristianos la teología o no significa nada, o es algo así como la ciencia secreta de los clérigos, de los seminaristas y de los curas. Por eso pasaremos a definir por lo menos a grandes rasgos, que es hacer teología.
Hacer teología, es un arte, ni siquiera la teología es una ciencia hecha de claridades y actitudes, o sometida al criterio moderno de la verificación o falseamientos empíricos.
El hacer teología pertenece mas bien al ámbito de la sapiencia, de la sabiduría porqué hace referencia directa, sobre todo, al mundo del sentido. Por tanto se ocupa de la preguntas ultimas sobre el origen y el fin de la realidad. Se ocupa del por qué y para que de las cosas, de los acontecimientos, de nosotros mismos, de nuestras vidas y de nuestras acciones.
Va mas allá del como y penetra en el corazón del por qué y para qué. Trasciende el ámbito de la realidad empírica, para abordar la cuestión del sentido, de la dimensión trascendente de la misma realidad. O mas bien como decía San Tomas de Aquino: “nos remonta hasta la cuestión ultima de la causa primera (Dios) y nos introduce en el saboreo de la verdad ultima (participación del saber divino por revelación).

• Un ejercicio de la inteligencia de la fe

Podríamos decir en una primera definición que el quehacer teológico es como un ejercicio de la inteligencia, como un esfuerzo por comprender mediante la razón lo que ya creemos por la fe. No se puede hacer teología cristiana ignorando a los últimos o a las victimas, precisamente porque la fuente ultima de la teología cristiana es una victima paradigmática, el crucificado. Hacer teología desde los últimos es, en cierto sentido, hacer un ejercicio de pensar ilógicamente, es hacer un ejercicio de pensamiento contracultural. Ellos son, con su misma existencia, la denuncia de la lógica convencional, de la cultura al uso, que quizá no son tan lógica y tan cultura como pretendemos. Pues la lógica y la cultura se han de medir por su aporte a la humanización de la humanidad. El ejercicio mas reciente de esa teología contracultural, han sido las plurales teologías de la liberación, las teologías hechas desde las victimas y los crucificados de la tierra.
Las teologías de la liberación son un ejercicio de la inteligencia de la fe desde el horizonte de los últimos, de los pobres, de las victimas de los crucificados. Por eso, contracultural, negadora de la lógica convencional de la cultura al uso.

• Un ejercicio de expresión y verbalización de la fe.

Hacer teología es también un ejercicio de la palabra, la expresión, de verbalización. Las palabras son herramientas poderosas para hacernos con la realidad y para comunicarnos. Aunque en cierta manera sabemos, que la verbalizacion de la realidad siempre se nos queda corta. Con frecuencia se introducen interferencias en la comunicación. En ambos sentidos la teología goza de la grandeza del lenguaje humano, pero también padece su penuria. Mientras pensamos, contemplamos… aun mantenemos la ilusión de ser capaces de captar o hacernos, al menos en parte, con el misterio de Dios y su creación. Pero cuando queremos expresarlo, cuando pretendemos ponerlo por palabras, caemos en la cuenta de nuestros limites, o de las limitaciones de nuestro lenguaje. Por eso, con frecuencia el pensar o hablar de teología es un ejercicio terapéutico, un ejercicio de la humildad. Por eso, los grandes teólogos han insistido en la limitación del logos teológico, en el lenguaje que quiere expresar a Dios y su creación. De esta manera, vemos algunos de ellos terminando su itinerario teológico en un silencio hondo, como Tomás de Aquino, incapaz de completar su Suma Teológica.

• ¿Qué quiere pensar y que quiere expresar la teología?

Decir teología equivale a decir discurso de Dios. Hacer teología significa pensar a Dios y decir o expresar a Dios. El objeto primero y último de la teología es Dios mismo. Pero aquí comienzan los primeros problemas en torno al objeto de la teología. A Dios nadie lo ha visto nadie (Jn. 1. 18). No tenemos acceso directo a su conocimiento. Nuestro conocimiento de Dios esta mediado sin remedio por nuestra experiencia humana. Ni somos capaces de nombrarlo y expresarlo directamente, si no es a través de nuestro lenguaje humano, que es, por tanto, un lenguaje limitado. Por eso, las concepciones de Dios, las teologías, las formas de pensar y de decir a Dios, están necesariamente medidas culturalmente. Es así, que el lenguaje teológico, el logos sobre Dios, es siempre y necesariamente analógico. Esta tomado desde abajo, desde la experiencia humana. “Aun cuando en esta vida, por revelación de la gracia no sepamos de Dios que es, y de este modo nos unamos a El como algo desconocido, sin embargo, le conocemos mas profundamente porque pone a nuestro alcance mas y mas sublimes obras suyas, y por que le atribuimos por revelación divina propiedades a las que la razón natural no llega, como que Dios es trino y uno”.(Santo Tomas de Aquino, Suma Teológica)
Esta quizá mas cerca de lo que no es Dios que de Dios mismo. Hacer teología no es solo pensar a Dios, es también pensar y decir a la realidad creada que no es Dios, considerándola desde Dios. La causa que le interesa a Dios no es sí mismo, sino su propia creación, su propio proyecto de la creación. Nada es ajeno a la causa o el interés de Dios. Pues si algo le fuera ajeno o indiferente, Dios no lo hubiera creado. De ahí que el objeto de la teología es tan amplio como la misma realidad.
La encarnación es la confirmación de que lo humano es compatible con Dios. Solo Dios puede ser perfectamente humano, alguien tan perfectamente humano puede ser Dios.
Hacer teología, es pensar la creación desde donde se reciente, desde donde Dios siente de alguna forma traicionado por la libertad humana, a pesar de que la sigue respetando. Dios no renuncia a la libertad del ser humano, a pesar del mal que esa libertades capaz de infligir a las victimas, al crucificado por antonomasia y a todos lo crucificados de la tierra. Esto es paradójico: de ahí esta el poder de Dios en forma de debilidad; ahí esta la fuerza del amor de Dios que respeta hasta los extremos la conducción libre de su proyecto creador por parte del ser humano.

• Lugares teológicos ayer y hoy…

Se llama así a aquellas realidades o ámbitos en los cuales tiene lugar una especial revelación de Dios y, por consiguiente una singular oportunidad de pensar y decir a Dios correctamente. Por eso es importante, a la hora de hacer teología, colocarse en el lugar social y eclesial exacto, en el mirador adecuado, en el horizonte que nos puede permitir pensar con exactitud a Dios y a su creación.

Nota: En resumen desde un punto de vista personal, hacer teología, es mucho mas que una simple definición de escritorio sobre cuestiones de Dios, el hombre, el cosmos y la relación que existe entre ambos y todo lo que esto implica. Hacer teología es eso mismo, la palabra misma “hacer” nos lleva a una acción, pero no solo en definiciones y pensamientos sobre tal o cual tema (cuestión que nos compete también como teólogos), es mas bien, la demostración del Dios vivo, en cada paso de la vida. Dios es nuestro máximo exponente de una teología practica o del “hacer teología”, a través de la vida misma de Jesucristo y su paso por nuestra tierra, no nos queda mas que decir que hacer teología es nuestra imitación perfecta del perfecto, ejemplo de teología viva… Jesús.

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