martes, 30 de marzo de 2010

El estudio y la enseñanza de la moral fundamental, hoy.

Seminario Teológico Misionero Tiranno
Materia: El quehacer teológico
Profesor: Luis Eduardo Cantero
Alumno: Federico Reyes




El estudio y la enseñanza de la moral fundamental, hoy. Reflexiones en torno al quehacer teológico

La noción de Teología Moral Fundamental

Asumimos que esa disciplina consiste en una reflexión (inteligencia de la fe) sobre el ser y el comportamiento ético, en cuanto tales, del creyente en Cristo más allá de sus implicaciones o contenidos particulares. La moral fundamental se ocupa de los principios éticos mas generales y comunes sobre los que descansan las nociones y argumentaciones particulares, por ejemplo, de la bioética, de la moral social, etc.

El puesto de la cuestión moral en la existencia cristiana

La iglesia no ha pensado nunca que su misión mas importante sea la de recordar a los hombres como tienen que vivir. La prioridad pertenece el anuncio cristiano: Cristo, el Hijo de Dios, se ha encarnado, ha muerto y ha resucitado para que los hombres puedan nacer a una nueva vida. La conducta moral no puede ser comprendida separada del sujeto existente, que por otro lado manifiesta.
La cuestión fundamental sobra la que ha reflexionado la teología moral se puede formular en los siguientes términos: ¿Qué significa para el creyente hacer el bien y evitar el mal? Es posible elaborar una respuesta solo sobre la base de que la teología moral disponga ya de la clave de solución a otras cuestiones preliminares tanto para el creyente como para el no creyente.

ANOTACIONES SOBRE ALGUNOS MODELOS TEOLOGICOS

La pregunta del bien y del mal en el Nuevo Testamento

A.- A Juan el Bautista (Lc. 3. 10-14)
B.- A Jesús (Jn. 6. 28-29)
C.- A los apóstoles (Hc. 2. 37-38).

La respuesta del Bautista responde a la idea común moral: necesitamos normas que digan como tenemos que comportarnos. Pero la respuesta de Jesús implica un planteamiento diferente, ya que sus palabras y sus obras solo pueden ser entendidas desde la fe de El como enviado de Dios. En cambio, la declaración de Pedro se pone como una concreción practica de la afirmación del Señor: acoger al anuncio cristiano implica una disponibilidad a un cambio en el modo de ser (metanoia), una transformación del ser que se opera mediante un sacramento (signo eficaz de la renovadora acción de Dios) y que se culmina con la recepción de un don (Espíritu Santo). El hombre tiene algo que decir o entregar para convertirse y bautizarse, pero solo puede escuchar i acoger el don que lo transforma en una criatura nueva.

La cuestión del bien y del mal en el modelo tomista: una respuesta en la certeza de la fe.

El tema en estudio no es Dios sino el hombre, en cuanto persona, en cuanto imagen y semejanza de su creador. Preguntarse sobre el bien o el mal, es preguntarse sobre el retorno hacia la fuente de donde uno tuvo su salida. Tanto Dios como el hombre constituyen dos sólidas certezas. Pero la clave primera de la lectura es la colocación del discurso moral entre la iniciativa de Dios (primera parte) y la misión de Cristo (tercera parte). Pero en general no vemos una respuesta certera pero vemos que su énfasis es partir siempre de Dios mismo así también como de Cristo en su accionar humano.

La cuestión del bien y del mal en el modelo alfonsiano: una respuesta en la duda práctica.

Puesto que la decisión ética viene mediada por la conciencia, esta se constituye en argumento primero y central. La pregunta del bien y del mal tiende a convertirse en una pregunta de conciencia, aunque no en la manera como lo han entendido recientemente los planteamientos pastorales.

En la reforma y la contrarreforma: vacío elocuente

El anuncio cristiano crearía en el hombre la conciencia de no ser mas que un pecador y basta. Y en esa conciencia no encuentra espacio la pregunta sobre la plenitud de vida.

La cuestión del bien y del mal en los modelos actuales: un intento de respuesta en el escepticismo post-moderno

La cancelación del sentido h favorecido que continúe identificándose la cuestión moral con la cuestión de lo lícito y de lo ilícito, de lo mandado y de lo prohibido. La ley (moral o civil) no expresaría ya algo permitido o vedado en cuanto bueno o malo, sino en cuanto a si es o no factible. La afirmación de San Agustín: “Dios no manda cosas imposibles, sino que al mandar lo que manda, te anima hacer lo que puedas y a pedir lo que no puedas” tiende a ser sustituida por esta otra: “cuando resulta imposible hacer lo que Dios manda, quiere decir que en realidad el no lo manda”

TAREAS DE LA MORAL FUNDAMENTAL: EL ESTUDIO

La Revelación divina no es un informe sobre el estadio de cosas. Dios revela como un señor soberano manda y que prohíbe. El destinatario de su palabra es ineludiblemente requerido a dar una respuesta, precisamente porque ese destinatario es dominus sui, señor de si mismo.
El anuncio cristiano puede ser el punto de arranque de una teología moral solo si su contenido normativo se pone después y como consecuencia de una transformación que se opera en el ser mismo del hombre que deviene cristiano, y por lo tanto protagonista de una vida nueva. Si la revelación fuera mera palabra externa, no se podría construir una ética teológica.
Existe una continuidad entre la Revelación de la moral cristiana y la razón practica, continuidad que permite que esta pueda comprender y traducir de alguna manera el anuncio cristiano en un lenguaje inteligible universalmente comunicable.

TAREAS DE LA MORAL FUNDAMENTAL: LA ENSEÑANZA.

Merece particular atención el empeño por construir la ética teológica desde el contexto explícitamente cristologico. En este sentido se han propuesto diversas clases de interpretación: llamada-respuesta en Cristo, imitación o seguimiento de Cristo( No se trata aquí solamente de escuchar una enseñanza y de cumplir un mandamiento, sino de algo mucho mas radical: adherirse a la persona misma de Jesús, compartir su vida y su destino, participar de su obediencia libre a la voluntad del Padre)vocación en Cristo a la sanidad etc.
La moral que nace del encuentro con Jesucristo es una moral de salvación. Desde el instante mismo en que acoge en su vida al Señor, la conducta del cristiano no es ya el cumplimiento de la ley impersonal, sino el ejercicio de una capacidad que le ha sido donada por su salvador.
La moral cristiana es consecuencia de la salvación donada gratuitamente por Dios por medio de la muerte y resurrección de Jesucristo. Es, por tanto, una moral cristocentrica. Una moral de rostro humano porque Cristo, nos ha salvado del pecado y de la muerte, cambiando en sus raíces la condición histórica del hombre.

viernes, 26 de marzo de 2010

Anselmo de Canterbury/Carolina Bache

No basta establecer un orden jerárquico: 1º, la fe, y 2º, la razón pues todo venía a quedar un poco mezclado en el ámbito del intelectos fidei. Y segundo, no se marcaba un tope al alcance de las especulaciones racionales en la inteligencia de los misterios de fe. Hay que tener en cuenta que Anselmo no dispone todavía de los recursos filosóficos que tendrán a su alcance los teólogos del siglo XII.
Declara que hay misterios inaccesibles a la razón, el misterio de la trinidad. La religión de Anselmo le pertenece de un modo especial la teología; pero no el éxito de esta última. Según
Anselmo, el cristiano “debe avanzar por medio de la fe hacia la inteligencia, no llegar por la fe; porque la fe es la fuente del conocimiento, no se puede entender para creer, si no lo contrario se cree para luego tratar de comprender los misterios de Dios. Aquí queda claramente definida la situación de Anselmo, de la que brota toda su filosofía.
4. Teología y método
Para Paúl Tillich, Anselmo es un tipo pensador teonómico que no aplasta la razón con autoridad heteronóma que no deja vacía improductiva sino que la llena de sustancia divina tal como esta dada a través de la revelación, la tradición y la autoridad. Es según Tillich, en el sentido de que para él la tradición es el fundamento dado, pero no excluye un pensamiento y una búsqueda personal intensos. Aquí objetivo se refiere a la realidad de la substancia dada por la Biblia, la tradición y la autoridad. subjetivo se refiere a algo que se incorpora a la vida personal y, se lo experimenta y analiza.

Junto a su afán de penetración intelectual, Anselmo se mantiene siempre en la más pura ortodoxia. La misma fe es el punto de partida y la guía de sus investigaciones racionales.
¿Cuál es el método teológico de Anselmo?
Justo González dice que el método teológico de Anselmo consiste en plantearse un problema teológico y resolverlo mediante el uso de la razón. Anselmo nos recuerda que el hecho de ser teólogo no quita que sigamos siendo creyentes, que el propósito de su método no es llegar a la fe mediante la razón, sino mostrar su error a los incrédulos y hacer más rica y profunda la fe del propio teólogo. Luego, el propósito de la teología anselmiana no es escudriñar los secretos de Dios, llevada por una curiosidad ociosa, sino que es llevar la fe a su propia comprensión.
Conclusión
Después de haber examinado el papel de Anselmo y su legado, queda constituida la Escolástica como una disciplina, esto va a permitir un repertorio de cuestiones dentro de las que se va a mover luego, y aparece el cuerpo de la doctrina que se podrá llamar el bien común de la Edad media o la síntesis escolástica y que prepara las grandes obras de conjunto del siglo XII, en espacial la suma teológica de Santo Tomás.

8. Teología, Iglesia Cristina y globalización ¿Cómo encarar y responder teológicamente al desafío de la globalización?

1. Globalización, mundialización de las economías
La globalización es la rápida integración de las economías a escala mundial, a través del comercio, los flujos financieros, los efectos de la tecnología, las redes de la información y lasa corrientes interculturales. La globalización se caracteriza por un incremento de los flujos de comercio, capital e información, y también de la circulación transfronteriza de personas.

Cronografía de la Globalización
Entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX, y luego en el periodo posterior a 1950 se observó el mayor crecimiento sostenido del producto en la historia mundial.
Período posterior a 1950 se reinicio la mundialización cuando se eliminaron las barreras al comercio y los flujos de capitales, erigidas en los años treinta.

¿Por qué debemos aceptar la globalización?
Hoy día los componentes representan un tercio de las exportaciones mundiales de productos manufacturados, dado que las empresas subcontratan cada vez más a filiales o empresas del extranjero lo que antes producían en el país.

1.3. Mitos de la antiglobalización
El verdadero problema de la globalización, contrariamente a los mitos socorridos para sus acérrimos oponentes, es que los países más ricos es lo que se llevan la tajada más grande del aumento de la inversión y el comercio transfronterizo. Cuanto más vayan a la zaga los países en desarrollo, mientras las cadenas de abastecimiento mundiales se toman más complejos y desarrollados, más difícil les resultara a las empresas de otros países operar a escala mundial.
Un comercio más libre ofrece posibilidades sin precedentes para explotar las ventajas comparativas, no solo en el sector de los productos terminados, sino en toda la cadena de producción.

2. Algunos Impactos de la Globalización Económica.
Los que se benefician y los que quedan silenciados por las políticas neoliberales que son dirigidas y condicionadas por el FMI. Este ente regulador de las economías en vías de desarrollo ha provocado que dos tercios de nuestra humanidad vivan hoy bajo la pobreza, la miseria, excluidos de sus beneficios. En definitiva, el fundamentalismo del FMI constituye un fiel reflejo del fundamentalismo del capital neoliberal.
El objetivo de la gran mayoría de las iglesias cristianas es sino crear personas competitivas. La competitividad se forma el único evangelio que se predica en la religión del mercado. Este evangelio cuenta con evangelistas, teólogos, pastores, sacerdotes, etc. Esta nueva religión tiene su propia ética, que no se caracteriza por la defensa del bien común. Y los frutos de esta ética se resumen así:
• Libertad individual.
• Libre iniciativa.
• Competitividad feroz y agresiva.
• Culto a dios Mamón
• Darwinismo social, que implica la eliminación de quienes no se atienden a la lógica del mercado.
Puede apreciarse en el documento de Tamayo, los teólogos de la religión del mercado se apropian del lenguaje de la teología de la liberación. Afirman que los principios igualitarios del cristianismo se hacen realidad en la economía del mercad, cuando lo que ésta genera son desigualdades sin límites y cada vez profundas. Otro impacto de este darvinismo social es nuestro medio ambiente, el desarrollo y el progreso económico corresponde a una determinada elite que se basa en el usufructo y dominio de la naturaleza, de nuestra fauna y flora. Este impacto del lucro en detrimento de los demás; lo ha sentido la vida individual y familiar, lo que era privado y familiar se mide o se comercializa con frecuencia según el valor de cambio económico.
Como lo escribía Tamayo esta globalización se ha convertido en la nueva religión, la vida económica se extiende a las 24 hs. del día. Lo anterior nos lleva a precisar que los principios básicos de esta economía globalizada han hecho que las culturas locales tiendan a desaparecer. En esta dialéctica de la globalización los más afectados son las culturas de los pueblos en vía de desarrollo, en especial las personas que se adhieren a las tradiciones y prácticas, que por el deseo de buscar un mejor empleo o por huir de los conflictos políticos y sociales.

3. La iglesia y el impacto de la globalización.
La iglesia formada por los creyentes no es ajena a la problemática social de sus feligreses, sino que está inmersa en ella y por lo tanto afectada por ella.
El orden mundial ha cambiado, de la clasificación anterior a 1990 en donde se hablaba del primer mundo y tercer mundo. Se habla ahora de un gran poder dominante, expresado por el dominio Estados Unidos y seguido por las grandes naciones industrializadas que conforman el G-8. el sistema de valores y la cultura prevaleciente se imponen. En forma decisiva, afecta nuestra misión como iglesia. Somos parte de un contexto que a través de la información de la información y las comunicaciones ya no reconocen barreras geopolíticas.
El objetivo final del neoliberalismo es que todos los países del mundo abracen la economía de mercado libre. Un cambio de cultura, ahora los que dominen la tecnología, la comunicación y la información son los que van a marcar los perfiles y los valores a difundir.

En el contexto eclesial podemos percibir los efectos de la globalización, del neoliberalismo, al igual que en el orden secular de nuestros países juegan un papel pasivo, en el sentido de ser receptores de los criterios y decisiones de los que dominan el mercado mundial. Algunas iglesia están más preocupadas por prestar un mejor servicio, se les enseña a sus fieles a mejorar rendimiento espiritual y de liderazgo, de lo contrario quedan fuera del mercado.
Bonhoeffer decía: “la iglesia debe ser una iglesia confesante que se oponga a todo sistema ideológico que trata de imponer desigualdades sociales, políticas y religiosas, etc.

4. ¿Cómo encarar y responder teológicamente al desafió de la globalización?

Luego de la caída del comunismo, quedó demostrada que el único sistema viable para las economías de estado era el capitalismo; y el único sistema confiable es la globalización económica.
Luis Eduardo Cantero en su tesis de posgrado, nos confirma lo que vinimos diciendo: un sistema económico-político justo y ambientalmente sostenible al nivel nacional y mundial, tendría que estar dirigido a la satisfacción de las necesidades básicas del hombre y de los hombres.
El fracaso del comunismo no significa la legitimación de un capitalismo salvaje. El fin de la actividad económica no puede consistir en el continuo aumento de los ingresos de las naciones o grupos más ricos sino en la satisfacción racional de las necesidades fundamentales de todos los seres humanos. Una ética de la vida y del Bien Común es necesariamente trans-sistemática; apunta al sujeto vivo, real y concreto, en este caso al pobre, al excluido, porque en ellos la realidad en cuanto vida negada se hace presente como clamor. Gutiérrez dice que el excluido reclama acceso a los medios de vida y reconocimiento como sujeto. Lo hace por necesidad de vida y no por consideración moral. Sus reclamos es producto del deseo y de sus derechos fundamentales, que han sudo anulado por este sistema explotador y excluyente.

lunes, 22 de marzo de 2010

¿Como hacer Teología Hoy? Continuidad y renovación

Seminario Teológico Misionero Tiranno
Materia: El quehacer teológico
Profesor: Luis Eduardo Cantero
Alumno: Federico Reyes


¿Como hacer Teología Hoy? Continuidad y renovación Tradición, inculturalizacion y renovación

Dar razón de la esperanza:

Se trata de un intellectus fidei elaborado en un proceso de comunicación que tiene en cuenta lugares en los que esta fe es transmitida, enseñada manifestada, y donde ella es prácticamente vivida en el testimonio, la liturgia y el servicio de una comunidad. Parece en efecto, que una de las tareas mas urgentes para la continuidad y la renovación de la teología, es afirmar la racionalidad que es propia de la fe y la reflexión creyente- una racionalidad que por la palabra de la cruz destruye la palabra de los sabios y aniquila la inteligencia de los inteligentes (1 Cor. 1.19).
“La teología es la fe cristiana vivida en una reflexión humana”. Es la misma fe que impulsa a la razón a interrogarse respecto de la fe.
Es la tarea de la teología establecer una cierta inteligencia de la fe en la revelación. Se podría decir que la teología es una obra de inculturalizacion permanente, en su esfuerzo por encontrar en cada epoca y en las diferentes culturas una conceptualizacion coherente de la fe.
La verdad a la que el creyente adhiere no es abstracta: se inscribe en el tiempo y en la historia, es revelada en el Verbo hecho carne. Cristo es esta verdad. Creer en esta revelación es dar un asentamiento libre al testimonio divino que ofrece a los hombres la última verdad sobre su vida y sobre el destino de la historia. Toda inculturalizacion, toda renovación del pensamiento teológico debe volver a este acontecimiento tradicional y fundante de nuestra fe.
Teología de la Revelación
Dice el cardenal Cayetano: La revelación no es una comunicación exterior de tal o tal verdad hasta allí inaccesible a los hombres. Dios se comunica y en tanto que tal, es aquel que nosotros creemos: aquel hacia el cual nuestra fe se dirige, aquel que es digno de fe y por quien nosotros creemos. Es la verdad- en singular- que dirigiéndonos la palabra, dice la verdad. Es a El que nos dirigimos en la fe y es a partir de El que podemos descubrir la verdad de la realidad creada que El dirige por su sabiduría y hace participar por su bondad.
Fe y Teología
La Teología, que la ciencia de la fe, recibe sus principios, a partir de lo que desarrolla su reflexión discursiva, de la ciencia de Dios y de los bienaventurados. Si la fe es “un habito del espíritu por el cual la vida eterna comienza en nosotros y que hace adherir la inteligencia a lo que no se ve” la aproximación reflexiva de la fe puede verse como “una suerte de impresión de la misma ciencia divina que es simple y una”.
A diferencia de la concepción moderna del saber humano, el ideal de la ciencia no es el de constituirse en autonomía cerrada, sino de ampliar la estrecha evidencia humana en la plenitud del Ser mismo de Dios percibido en si mismo.
Porque por la fe el creyente participa, en los limites de nuestro conocimiento humano, de nuestro lenguaje, bajo las condiciones de nuestro ser creado, en el conocimiento de la verdad divina, en Dios en su auto-comunicación.
La inteligencia de la fe de lo universal y del particular gracias a la participación del sujeto creyente- y de la comunidad creyente- en la ciencia de Aquel que esta presente en la historia concreta de Jesucristo y así de cada ser humano como creador y redentor, como origen y fin ultimo.
Con respecto a la doctrina de la cual también somos parte como teólogos, vemos como la teología encuentra una regla infalible. Si es cierto que la revelación es recibida por el creyente individual, sin embargo, la autoridad de la iglesia que esta al servicio del objeto de la fe. Es ella que transmite y propone lo que debemos creer como divinamente revelado.
La unión de la naturaleza divina y de la naturaleza humana en la persona del Verbo es verdaderamente una novedad para la historia, para la humanidad. El tiempo y la eternidad se unen, la auto-comunicación de Dios en Jesucristo funda un nuevo orden que es común a Dios y a la Creatura. Dios y el mundo tienen de ahora en mas una historia común, un destino común. La encarnación es la elevación de todo el universo en la persona en la persona divina. Esto funda la dignidad infinita de hombre.


Aportes y desafíos de la teología Pentecostal

Con frecuencia se ha expresado el argumento de que el pentescostalismo sí tiene teología, pero que esta no se elabora y expresa por los canales tradicionales del discurso teológico tradicional, es decir en forma racional, argumentativa y escrita, sino que ella se encuentra expresada en los cantos predicaciones y testimonios es decir, en la realidad Pentecostal; una de sus características esenciales. Pero también debemos señalar que existe una producción teológica Pentecostal escrita aún modesta pero creciente en cantidad y calidad.

Teología Pentecostal
1. Saber, conocer y ser en el pentecostalismo

El pentecostalismo es tal vez el movimiento religioso latinoamericano que más ha padecido la influencia de modelos y contenidos educativos. Pero le debemos el saber y conocer son actividades que están directamente relacionadas y medidas por el entorno en que nos relacionamos y donde existimos, es por eso que la teología Pentecostal sólo podrá ser significativa al saber teológico latinoameriamericano y universal desde su autoafirmación y auto expresión.
El pentecostalimo tiene tanto un saber teológico como un conocimiento teológico, pero que estos están es desequilibrio, y que este desequilibrio ser manifiesta en el ser Pentecostal.
El pentecostalismo es una espiritualidad cristiana donde el ser esta más relacionado con el saber que con el conocer, es decir la persona Pentecostal es una persona que puede tener una profunda experiencia espiritual y existencial, que marca su identidad cristiana, sin haber pasado por un proceso de adquisición de un conocimiento racional de los dogmas y tradiciones dominantes del cristianismo. Ellos saben de Dios a través de la experiencia, entonces que no lo expresen en forma escrita y sistemática no significa que no tengan conocimiento certero a cerca teología.
2. Teología Pentecostal: ¿Qué debe ser y quine debe hacerla?
Se puede estar o no de acuerdo con la argumentación, el uso de la Biblia, la hermenéutica, el vocabulario, pero no se puede negar el saber de Dios.
El que de la teología Pentecostal deberá estar relacionada con su profunda experiencia espiritual, su sensibilidad, su relación con la divinidad. La teología Pentecostal deberá ser la expresión y autoafirmación del pentecostalismo como un saber y un conocer de Dios a través de la experiencia.
3- Aportes (probables) metodológicos y epistemológicos de la teología Pentecostal al quehacer teológico en América Latina y el Caribe. 3.
1. Teología con Espíritu
El tema del Espíritu Santo deberá seguir siendo un pilar de nuestro pensamiento teológico, pero un Espíritu al que le permitamos expresarse y autorrevelarse más allá de las categorías y experiencias en las que con frecuencia los pentecostales lo han limitado.
2. Teología comunitaria
La teología Pentecostal se alimenta de la vida de sus comunidades, por ello está en las mejores condiciones de establecer la requerida vinculación entre las comunidades y la academia casi de manera natural, los pentecostales parten de la realidad concreta de las personas y tratan de buscar las respuestas de las preguntas y necesidades de sus congregantes.
3. Teología radical y propia
La Biblia es uno de los sólidos fundamentos en la fe y la praxis en los cultos pentecostales, por eso la teología Pentecostal deberá ser decididamente bíblica, esforzándose por el conocimiento y manejo correcto de los recursos académicos del estudio y análisis de las escrituras. La teología Pentecostal es radical en el sentido que se entenderá como comprometida tanto con el ser Pentecostal, como con el saber y el conocer Pentecostal. Busca identificar y articular la experiencia espiritual y las convicciones religiosas de los creyentes.
4. Desafíos probables del pentecostalismo a la educación de Latino América

El desafío entonces es sistematizar todo ese conocimiento experimental y plasmarlo en forma académica y sistematizada, ya que cuentan con hombres y mujeres con capacidades y llenas del Espíritu Santo para trasmitir las verdades reveladas en la Biblia que traen esperanza en un mundo donde cada día se pierden valores espirituales.

Fundamentos teológicos del quehacer misionológico

“Únicamente cuando la misión tiene su fuente en el trino Dios, y deriva su naturaleza y autoridad de El, puede verdaderamente generar una genuina motivación y llegar a ser realmente cristiana, realmente significativa”

Dios: El originador del proceso misionero
En Mateo 25:34 el texto revela lo siguiente: Los ciudadanos del reino (el llamamiento, venid) el mediador (Jesús) y el soberano del reino (Dios)
Dios como creador: Según el Génesis, Dios hizo al hombre para que este en comunión con le creador (Dios), pero el pecado humano ha distorsionado ese diseño de la creación que trajo como consecuencia deshumanización y muerte.
Dios como redentor: Las escrituras nos hablan de un Dios que se interesa por el mundo entero. Primero Dios promete el redentor (Gn. 3:15), en segundo Dios promete la bendición a las naciones (Gn. 12:2-3) pequeña gran observación la promesa es para todas las familias de la tierra.
El siervo de Jehová y las naciones: (Is. 42:1, 53:12) esta relación trata del siervo de Jehová y de su misión, auque Israel fue infiel con Dios, el Mesías recibió la misión de restaurar a Israel y ser salvación de las naciones.
Dios como el Señor del proceso misionero
Llama y envía: (Mt. 9:35-10:42) Cristo el mediador del proceso misionero
Según las escrituras (Col. 1:16) por medio de El fueron creadas todas las cosas. El es el mediador de la salvación “porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo”
La venida de Cristo en carácter de enviado se relaciona con la misión de la Iglesia. El les dijo a los discípulos Como me envió el Padre, así también los envío (Jn 20:21)
Su Misión: Jesús vino al mundo para establecer el reino de Dios:
Primero: Jesús conectó su misión con el cumplimiento de las escrituras, “Vino a cumplir la ley y profetas” (Mt. 5:17)
Segundo: Jesús vino a salvar a los pecadores (Mr. 10:45, Jn 3:17)
Tercero: Jesús vino a destruir al diablo y sus obras (1 Jn 3:8)
El Espíritu Santo: El impulsor del proceso misionero
El Espíritu ungió a Jesús para que cumpliese el ministerio mesiánico entre los hombres, El Espíritu Santo fue enviado del cielo a morar en la iglesia a edificarla y a impulsar el movimiento misionero en todo el mundo.
El Espíritu Santo inviste de poder para testificar: el libro de los hechos atestigua del avance de la iglesia en el mundo por el poder del Espíritu Santo (Hch. 1:8, 4:31, 6:8, 9:31).
El Espíritu preside el quehacer misionero: Lucas atribuye al Espíritu Santo el envío de misioneros al mundo gentil (Hch. 13:2,4)
El Espíritu prepara a los pueblos para el evangelio: el testimonio del libro de los Hechos es que la receptividad de los pueblos hacia el evangelio se debió a una obra de Dios, Así por ejemplo, por la relación con los judíos, los gentiles llegaron a ser prosélitos (temerosos de Dios).
La Iglesia el agente del proceso misionero
La iglesia es una nueva comunidad, que refleja los valores del reino, justicia, paz y gozo (Ro. 14:17)
Una comunidad que se somete al señorío de Cristo: Los discípulos fueron llamados a dejar todo y dar su vida por causa del evangelio (Mt. 16:21; 24:25) también se les mando la confesión de la soberanía de Cristo sobre su vida y sobre todas las cosas (Mt. 10:32-33)
La iglesia es una comunidad que testifica: no debemos perder este punto importante para la expansión del reino de Cristo,
La iglesia es una comunidad que crece hacia la madurez: el crecimiento se efectúa por medio de la enseñanza de la palabra de Dios, la Biblia (Ef. 4:11-16) hay que tener en cuenta que el crecimiento no solo tiene que ser en cantidad sino también en calidad.
Conclusión:
En primer lugar la misión es de Dios, es parte de su plan de restaurar todas las cosas en Cristo. En segundo; la misión es realizada por Dios en última instancia, pero al mismo tiempo es algo que esta efectuando Dios mismo en todo el mundo, moviendo la historia, creando situaciones para el desarrollo de su evangelio.
Y en tercer lugar, el proceso misionero es responsabilidad de la Iglesia, para que el mensaje de Jesucristo llegue a todos los rincones de la tierra debemos estar de acuerdo como iglesia. “Sed uno como Yo y el Padre somos uno”. Para cumplir el fin ultimo de la evangelización y salvación de todos.

Cristología- Antropología en el quehacer Teológico

La cristología es esencialmente salvifica, debe responder al misterio del hombre por la revelación del misterio de Dios. De aquí que Jesús nos muestra el nuevo hombre, revelándonos así la forma como se debe construir el mundo: viviendo el compromiso con los demás y con la tarea humana, por la aceptación del Señorío de Dios en el propio corazón a la manera de Jesús.
Jesús hace presente en nuestra historia a Dios como el único capaz de romper el circulo del mal y del odio del hombre.
La revelación se da en una historia salvifica, en la cual la respuesta de la fe de los discípulos forma parte de la revelación y por lo mismo de la cristología.
La resurrección es la sanción que Dios da a la pretensión de Jesús ser el revelador definitivo de Dios. Pero también una ruptura; la resurrección es la irrupción de Dios, el culmen de la revelación neo-testamentaria a raíz de ella identifican y reconocen el ser y la acción de Jesús como la revelación de Dios.
De esta manera uno de los interrogantes que se nos presentan es precisamente, como captaron los discípulos y el mundo en torno, la predicación y la muerte de Jesús.
Por que los discípulos, monoteístas, descubrieron en la predicación de Jesús, y en la vinculación con el reino, en su comida con los pecadores, en su actitud ante la ley, la manifestación de su pretensión: ser el profeta definitivo de Dios, vincular a Dios con su acción y sus compromisos históricos de servicio y misericordia con el hombre. Lo que descubren en Jesús contrasta con la esclavitud política y religiosa que padece el pueblo judío.
Jesús hacia presente y comprometía a Dios con su vida y su praxis: el Hijo de Dios que se ha hecho carne.
“El Hijo de Dios demostró la grandeza de ese compromiso de hacerse hombre, pues se identifico con los hombres haciéndose uno de ellos, solidario con ellos y asumiendo la situación en que se encuentran, en su nacimiento, en su vida y sobre, en su pasión y muerte donde llego a la máxima expresión de la pobreza”.
Que mejor antropología y demostración de Dios mismo, que la perfección de un hombre, solo Dios puede ser hombre, y solo un hombre puede ser Dios.

viernes, 19 de marzo de 2010

carolina Bache

Seminario Teológico Misionero Tiranno

Profesor: Luis Eduardo Cantero.
Materia: El quehacer Teológico.
Trabajo: Informe de Lecturas.
Alumna: Bache Carolina E.

1. Qué es y Por qué hacer Teología. Una perspectiva amplia.

Se reconoce que desde la tradición evangélica siempre se debe relacionar la teología con la Biblia, ella es el testimonio de la autorrevelación de Dios. Hoy sin embargo, se sabe que la Biblia nunca esta sola, sino que toda lectura de la Biblia se hace desde un contexto personal e histórico determinado. No existe la lectura objetiva de la Biblia ni la interpretación correcta de ella, sino que hay múltiples interpretaciones y múltiples lecturas, cada una con su propio valor, (los reformadores entendieron esto).

Para Míguez Bonino, uno de los mayores efectos negativos del fundamentalismo extremo en el evangelicalismo latinoamericano ha sido que: El reconocimiento de la centralidad de la palabra bíblica vivificada por el poder del Espíritu Santo se convierte en “bibliolatría” librada a una hermenéutica a la vez arbitraria y racionalista, además de estéril y repetitiva. Desde esta influencia negativa fundamentalista se tiende a considerar la teología como la simple exposición o articulación de las doctrinas o “verdades de fe” ya contenidas en la Biblia. El estudio teológico académico consistirá únicamente en el estudio exegético de la Biblia y su articulación en una teología sistemática que da cuenta de las doctrinas cristianas en un rango acotado de disensiones. De ahí que la labor teológica se reduzca a la reflexión sobre las doctrinas bíblicas y su aplicación a los distintos contextos contemporáneos.

Hay una manera más amplia de entender la labor teológica que esa limitada versión evangélica. Hay que reconocer, en primer lugar, que no se sabe del todo qué significa y qué es la teología, ya que están implicados Dios y el hombre en su totalidad y en su misterio. La teología es paradójica pues pretende unir dos realidades aparentemente contradictorias.

Sin duda que desde el cristianismo el argumento más importante para afirmar la posibilidad de la teología es la encarnación de Dios en Jesucristo.

La teología es la fe que busca su propia inteligencia, su propia comprensión, su propia razón, su propio lógos. Con respecto a esto Cordobilla afirma: El lógos que busca la fe para creer y comprender más y mejor no es un lógos ajeno a ella, sino la luz y el lógos que la propia fe suscita en el creyente.
Es necesario señalar que la teología quiere ser expresión de la apertura radical y la búsqueda crítica del ser humano hacia la verdad, por lo que si quiere cumplir esto a cabalidad debe estar en constante diálogo con la filosofía y las ciencias humanas. Si la teología cristiana se cierra en su propia particularidad histórica y en sus propios dogmas corre el riesgo de ser convertida en ideología. La teología en sí misma debe ser por tanto interdisciplinaria.

Desde esta manera de entender lo que es la teología se puede entender la misma Biblia como teología. La Biblia es una de las formas en que el mismo ser humano ha buscado hacer inteligible la propia confianza en la autorrevelación de Dios a través de la historia humana. La Biblia es la articulación en un lógos narrativo de la experiencia e fe de los judíos y primeros cristianos. Por tanto es ya una teología contextualizada.

De ahí que no tiene sentido reducir la teología a la mera repetición de la Biblia, cuando la Biblia misma es ya teología. La Biblia es la ayuda para dar el punto de partida, es el canon que no permite caer en el orgullo de creer ser el primero en seguir a Jesús y, por tanto, enseña que se debe estar atento a lo que otros experimentaron en el pasado y a partir de ellos entender la propia realidad.

En teología el fin último no son los conceptos elaborados en determinadas épocas, sino la realidad que buscan esclarecer, y en la medida que cambia el contexto histórico, cultural o geográfico.

Cordovilla afirma: toda época se encuentra en una relación de inmediatez con Dios; además, tiene la responsabilidad de dar una respuesta propia a la Palabra mediante la cual él mismo se revela en persona y expresa la plenitud de nosotros mismos.
En humildad se reconoce que Dios y su Reino, Jesús y su buena noticia de la llegada del Reino de Dios, nunca se podrá comprender y delimitar del todo es que se hace teología.


2. ¿Qué es hacer teología?

2.1. La teología, esa desconocida.
¿Qué es hacer teología?
Para muchos creyentes la teología o no significa nada, o es algo así como la ciencia secreta de los clérigos, de los seminaristas y de los curas. Hacer teología es más bien un arte.

El hacer teológico pertenece al ámbito de la sapiencia, de la sabiduría, porque hace referencia directa, al mundo del sentido. Se ocupa de las preguntas últimas sobre el origen y el fin de la realidad. Se ocupa, en definitiva, de las dos grandes preguntas clásicas: ¿de dónde venimos? ¿a dónde vamos?¿qué hubo antes del nacimiento?¿qué habrá detrás de la muerte?, ¿qué sentido tiene este corto espacio de nuestra vida entre el nacimiento y la muerte? Se trata de preguntas que pertenecen al ámbito de la inteligencia y de la fe, al ámbito de la sabiduría. Por eso, nada tiene de extraño que santo Tomas, al igual que otros muchos escolásticos y místicos, hayan definido la teología como “sabiduría” en el doble sentido del término: nos remonta hasta la cuestión última de la causa primera (Dios) y nos introduce en el saboreo de la verdad última (participación del saber divino por revelación)

2.2. Un ejercicio de inteligencia de la fe.
Hacer teología es un ejercicio de “lógos”, en el doble sentido que tienen este término griego; idea y palabra. Es un ejercicio de inteligencia o de comprensión; y es también un ejercicio de expresión o de verbalización. Para hacer teología no basta que existan los últimos o las victimas; es necesario que exista la fe. La fuente última de la teología cristiana es una victima paradigmática, el crucificado. La mera existencia de últimos y víctimas rompe la lógica convencional, la lógica de lo real; nos permite o nos obliga a ver la realidad y la historia humana desde la otra cara, del revés, en negativo, desde el reverso. No se puede hacer teología cristiana sin caer en la cuenta de esta paradoja, de esta ruptura de la lógica convencional.

Hacer teología desde los últimos es, hacer un ejercicio de pensar “ilógicamente” si el referente es la lógica de la cultura al uso, la lógica del mercado, la lógica neoliberal. Es hacer un ejercicio de pensamiento contracultural. La teología cristiana sólo puede ser contracultural, precisamente porque sólo es cristiana una teología que se hace desde los últimos, desde la otra cara de la historia. La lógica y la cultura se han de medir por su aporte a la humanización de la humanidad.
Kart Barth reaccionó contra la teología liberal proponiendo una teología dialéctica, ésta evoca, de alguna forma, las expresiones más paradójicas de Pablo en su carta a los Corintios, hablando precisamente de la predicación de una victima, del crucificado, (1Co. 1:20-25). El ejercicio más reciente de esa teología contracultural han sido las plurales teologías de la liberación, las teologías hechas desde las victimas y los crucificados de la tierra. Son teologías dialécticas en un sentido diferente a la teología dialéctica de K. Barth, pero ciertamente son teologías dialécticas, por el mero hecho de recoger la lógica-o la ilógica-de los pobres, que es la negación frontal de la tan lógica del mercado, de la economía liberal, de la política pragmática. Las teologías de la liberación son un ejercicio de inteligencia de la fe desde el horizonte de los últimos, de los pobres, de las víctimas, de los crucificados. Por eso, es dialéctica, contracultural, negadora de la lógica convencional de la cultura al uso.

2.3 Un ejercicio de expresión y verbalización de la fe.-
Hacer teología es también un ejercicio de palabra, de expresión, de verbalización. Las palabras son herramientas poderosas para hacernos con la realidad y para comunicarnos. Pero también son un testimonio penoso de nuestras limitaciones en ambos sentidos. La teología goza de la grandeza del lenguaje humano, pero también padece su penuria. Con frecuencia el pensar o hablar la teología es un ejercicio terapéutico, un ejercicio de humildad. Los grandes teólogos han insistido en los límites del lógos teológico, en los límites del lenguaje que quiere expresar a Dios y su creación. Algunos de ellos terminaron su itinerario teológico en un silencio hondo, como Santo Tomás, incapaz de completar su Suma teológica.

Esos límites se hacen mucho más dramáticos cuando intentamos comprender y expresar a Dios desde las víctimas. Es probable que no nos quede otro lenguaje para expresar nuestra fe más que el lenguaje de la pregunta y el de la protesta. Teniendo a las víctimas enfrente no se puede tomar el nombre de Dios en vano; no se puede nombrar a Dios frívolamente… tampoco se puede llamar proyecto o voluntad divina a cualquier situación de hecho o a cualquier proyecto humano.

3. ¿Qué quiere pensar y qué quiere expresar la teología?

Etimológicamente, la palabra “teología” hace referencia directamente a los términos “teso” y “lógos”. Decir teología equivale a decir discurso sobre Dios. Hacer teología significa pensar a Dios y decir o expresar a Dios. El objeto primero y último de la teología es Dios mismo. Pero aquí comienzan los primeros problemas en torno al objeto de la teología. A Dios nadie lo ha visto nunca (Jn. 1:18). Sólo tenemos conceptos tomados de la experiencia y de la realidad humana, y términos construidos por nosotros mismos (que son limitados). Por eso, las concepciones de Dios, las teologías, las formas de pensar y de decir de Dios, están necesariamente mediadas culturalmente.

El lenguaje teológico, el logos sobre Dios, es siempre y necesariamente analógico. El logos teológico expresa más lo distante y diferente de Dios que de Dios mismo. El lenguaje teológico no se refiere sólo y exclusivamente a Dios, sino que se refiere simultáneamente a la creación, especialmente al ser humano. Hacer teología no es sólo pensar y decir a Dios, es también pensar y decir a la realidad creada, a la realidad que no es Dios, considerándola desde Dios. Toda la realidad creada es susceptible de una consideración teológica; puede ser considerada a la luz de Dios o de la revelación.

La teología existencial, tanto en la tradición católica- K. Rahner- como en la tradición protestante-R. Bultmann-, insistió en que la causa de Dios es a la vez la causa del hombre, o más exactamente, que la causa del hombre es la causa de Dios. De ahí que el objeto de la teología es tan amplio como la misma realidad. Sí, hay que hacer teología sin rehuir los fracasos de esta ceración, sin rehuir el problema del mal, sin rehuir los agujeros de la realidad. Quizá es la única forma realista y honesta de pensar en Dios.

En primer lugar, Dios creó al ser humano “a su imagen y semejanza” (Gn. 1:26-27). Y Dios mismo, el logos de Dios asumió la condición humana (Jn. 1:14). De ahí la cercanía entre la teología cristiana y la antropología, en fuerza de la encarnación del verbo de Dios. La encarnación es la confirmación de que lo humano es compatible con Dios. Lo inhumano es la negación de Dios, lo incompatible con Dios. Hacer teología desde las víctimas es precisamente hacerla desde el reverso de la humanidad, desde la inhumanidad.

La teología latinoamericana de la liberación quiso desde el principio y no ha dejado de hacer teología desde lo últimos, desde los pobres, desde las victimas. Pero hoy cuenta también a la tierra entre los últimos, entre los pobres, entre las victimas. Por eso ha llegado a dar una especial relevancia a las cuestiones ecológicas, al considerarlas como auténticas cuestiones de teología y de espiritualidad cristiana.

La filosofía clásica señalaba con mucho acierto como su objeto integral tres grandes temas o problemas: Dios, el hombre, el cosmos. Estos mismos temas o problemas, y no otros, son el objeto integral de la teología. Sólo que aquí la clave de lectura es distinta: la fe, la revelación, el horizonte divino, la dimensión trascendente de todas esas realidades. Y así la lectura resultante es distinta de la lectura que esas realidades pueden hacer las ciencias experimentales, las ciencias humanas, la filosofía…si a ese horizonte divino le añadimos además el horizonte hermenéutico de las víctimas, de los últimos…cargaremos a la teología de realismo y de proyección histórica y práctica.

Hacer teología desde los últimos significa pensar y decir a Dios, al ser humano y al mundo, desde el reverso de la creación, desde el reverso de la realidad y de la historia. Por eso sale una teología tan distinta de aquella a la que estamos acostumbrados, cuando contemplamos sólo las maravillas de la creación y nos dejamos seducir por la admiración. Es imposible hacer teología honesta ignorando el mal, eludiendo ese costo tan grande de sorpresa, de desconcierto, de incertidumbre, de indignación…que tenemos que soportar cuando nos dejamos afectar por el problema del mal.

Hacer teología desde los últimos es pensar a Dios, no directamente, sino desde su proyecto creador, es hacer teología desde donde la humanidad se resiente, desde la inhumanidad. No se puede hacer teología sin sentirse interpelados a la reacción, a la militancia, al compromiso…y, sobre todo, a la conversión. Es quizá es lo que quería decir Santo Tomás, con esquemas ciertamente escolásticos y condicionados por la teoría eudaimonológica de Aristóteles, cuando defendía que la teología es una ciencia a la vez “especulativa y práctica”.

3.1 Lugares teológicos ayer y hoy…

Hoy se tiene una concepción distinta del lugar teológico. Se llama así a aquellas realidades o ámbitos en los cuales tiene lugar una especial revelación de Dios y, por consiguiente, una singular oportunidad de pensar y decir a Dios concretamente. Se trata de aquellas realidades o de aquellos ámbitos desde los cuales la revelación resulta especialmente iluminadora y las fuentes de la teología resultan especialmente límpidas y abundantes en iluminación.
¿Pueden ser los últimos y las víctimas lugares teológicos? En caso que lo sean, ¿Serán los lugares teológicos adecuados, para hacer una teología verdaderamente cristiana?
¿Pueden ser los últimos y las víctimas lugar teológico?, ¿puede estar en su rostro desfigurado la revelación de Dios?; ¿deberemos colocarnos en su horizonte para conocer al verdadero Dios?





4. La fe del teólogo (Juan Luis Lorda)

1. Los guardianes de las puertas
San Lucas nos ha conservado algunas llamativas increpaciones del Señor a los fariseos y doctores de la ley, que constituían el estrato que podríamos llamar intelectual de la peculiar sociedad israelita. ¡ay de vosotros, doctores de la ley, que os habéis apoderado de la llave de la ciencia y ni entráis ni dejáis entrar (Lc. 11:52). ¿A que llave se refiere el Señor? Se trata de una metáfora, y alude a la peculiar función de mediación que los doctores ejercían entre la ley y el pueblo. La función (de interpretar) había creado el órgano (el cuerpo de estudiosos). Habían aumentado paulatinamente sus atribuciones y su poder. Sus excesos y extravagancias confundían al no iniciado, y más bien lo separaban que lo acercaban al espíritu del texto sagrado. Así se explica la dureza de las palabras del Señor.
La situación de aquellos doctores, representa, sin embargo, un defecto muy característico de la vida intelectual. Y defecto típico de quienes detentan el saber puede ser esperar tanto su función de mediación, que, en lugar de hacer el saber más accesible, lo hagan más difícil. De este modo la función crece en importancia, pero es a costa de su servicio. Quién sabe de algún tema, puede sentir la tentación de expresarse de una manera compleja para provocar la admiración de los menos experimentados.

La rectitud de la función del intelectual se mide por su interés en hacer más accesible el saber a quienes no tienen el tiempo o los medios de procurárselo por sí mismos. Le corresponde custodiar las puertas del saber, pero para mostrar a los que lo necesitan los mejores accesos.

Los saberes requieren un método; es decir, un itinerario, un camino. La elección de la puerta del saber o del método resulta de enorme importancia. Y la función del intelectual que consiste en mostrarlo es de gran responsabilidad.

El que custodia estas puertas del saber debe ser, muy modesto y no engañarse ni engañar con respecto a lo que él mismo o el método que propone puede ofrecer. Esto supone, en parte, entregar al que no sabe criterios de juicio y, por tanto, también la capacidad de juzgar al que no sabe criterios de juicio y, por tanto, también la capacidad de juzgar al que sabe, al menos en ciertos casos.

2. Las puertas de la Teología
En primer modo es la construcción de la síntesis: una exigencia irrenunciable que tiene su fundamento en la misma naturaleza de nuestra inteligencia. La aspiración a la síntesis tiene, sin embargo límites. El más importante es que nuestra mente piensa siempre en términos abstractos, mientras que la realidad se ofrece como algo concreto. La síntesis teológica debe poder abarcarlo todo; pero en caso de conflicto, tiene preferencia el dato revelado sobre las exigencias sistemáticas.

Se debe reconocer, que no todos los intentos han sido afortunados, en caso de conflicto, se ha optado a veces por la coherencia del sistema, modificando o marginando el dato histórico no plenamente coherente. Así sucedió por ejemplo, en distintos autores, en torno, a la naturaleza de Cristo, la presencia eucarística, la existencia de los ángeles, el pecado original, los privilegios marianos, etc.

La pérdida de credibilidad, sobre todo por razones de eficacia práctica, de los grandes sistemas ideológicos de ámbito político, parece haber arrastrado una general depreciación de las aspiraciones sistemáticas de todos los ámbitos del pensamiento.

La crisis de los sistemas ideológicos en que se inspira y la dificultad de que una teología, cualquiera que sea, pueda conducir un proceso no utópico de gestión económica y social, hacen prever una pronta pérdida de credibilidad.
3. La puerta del método positivo
Lo viene ganando desde el siglo XVII, los estudios positivos han llegado a invadir el pensamiento político (convertido en economía y “marketing” electoral), la filosofía (dominada por el estudio técnico del lenguaje o convertida en epistemología científica) y también la teología.

Se han multiplicado los estudios de historia de la teología y, sobre todo, los de hermenéutica bíblica. Hoy no podría dar un paso en teología quien no procurara estar informado de lo que se va haciendo en este terreno.

El ideal del método positivo es encontrar un procedimiento de progreso en el saber que, por así decir, no dependa en absoluto del sujeto que lo emplea, sino que sea para todos igual.

No parece apropiado hablar de objetividad cuando hay por medios problemas de interpretación. Porque toda interpretación-como ha puesto de manifiesto la hermenéutica moderna y señaladamente Gadamer- requiere una precomprensión. Se intenta pedir al método positivo algo que no pueda dar en este ámbito del conocimiento. La inteligencia no puede ser sometida a un proceso controlable en el mismo momento de su función específica de entender.

Resulta que el teólogo que opera en este campo, tiene que tener en cuenta lo que puede ser su propio contexto a la hora de entender los datos. Olvidar esto lleva con frecuencia a que los datos sean interpretados con prejuicios importantes, cuya presencia pasa inadvertida.

Está muy extendida la idea de que existe una verdadera ciencia hermenéutica plenamente objetiva, con resultados universales. Tal disparidad, que ya dura más de un siglo, no puede menos de resultar sospechosa en la utilización de métodos que se proclaman plenamente objetivos; es decir, universalmente válidos y con la posibilidad de ser controlados por todos.

La ciencia progresa por medio de hipótesis. Las hipótesis científicas suelen contar con un aparato matemático que permite establecer predicciones que podrán ser verificadas con la observación de algunos fenómenos. En el caso de las ciencias positivas contamos con hechos futuros para justificar las hipótesis del presente, pero en el caso de la hermenéutica bíblica, sólo contamos con los hechos pasados; es decir, con los hechos que han permitido formular esa hipótesis. Una hipótesis vale sólo lo que valen sus puntos de apoyo. Una hipótesis no es lo mismo que un hecho verificado; y no todo lo posible es necesariamente real.

Estas deficiencias parecen incidir de manera especial en los estudios que se refieren a la formación del NT, que es tanto como decir a la historia de la primitiva comunidad cristiana. La acumulación de literatura que puede ser citada en apoyo de cada una de estas afirmaciones es tan abundante que se llega a transmitir una impresión de gran solidez.

Nuestro deseo de ejercer honradamente la función de mediadores del saber, nos debe llevar a valorar hasta qué punto está realmente ese saber en nuestras manos.

Nos vamos a limitar a considerar directamente los testimonios históricos que están en el origen de todo nuestro conocimiento sobre la fe de la iglesia primitiva.

4. Historia y testimonio
¿Qué hay en el origen de todo nuestro conocimiento de aquella primitiva comunidad cristiana?
Si buscamos los testimonios que permiten reconstruir los hechos, no hay prácticamente nada fuera de un conjunto de textos originados por la propia comunidad. Salvo unas menciones marginales de Flavio Josefo. Nos encontramos con un mutismo absoluto.
Los únicos testimonios con que podemos contar son los que se escribieron en el seno de aquella comunidad.
Unos, los evangelios pretenden narrar algunos hechos y dichos, particularmente significativos de Jesús de Nazaret. Otros, son cartas dirigidas a distintos grupos de cristianos donde se les explican algunas creencias a propósito de Jesús, y se les exhorta a llevar unas normas de conducta. Aparte está un texto esotérico que guarda relación de estilo con otros escritos de la época: es el Apocalipsis.

Desde un punto de vista histórico, estos documentos presentan caracteres excepcionales en cuanto a su transmisión. No hay otro documento contemporáneo del que exista una tradición documental tan colosal.

Así pues, nos encontramos aparentemente con un excepcional monumento histórico.
El historiador moderno situado a casi dos mil años de los acontecimientos, carece por completo de medios para controlar las afirmaciones que allí se vierten. Lo único que tenemos es el testimonio escrito de lo que aquellos hombres decían ¿Qué hacer entonces?

¿Qué testimonios podrían considerarse suficientes para aceptar que Jesucristo es verdaderamente hijo de Dios?

No disponemos de ninguna prueba que no sea el mismo testimonio histórico interesado en decirnos que Jesús es Hijo de Dios.

Llegamos a este punto, la historia no puede decir mucho más. La cuestión queda en términos de fe; es decir en la decisión de creer o no en el testimonio extraordinario de la primitiva comunidad cristiana.

5. Ciencia y fe
El teólogo no está en mejores condiciones que el historiador para juzgar con métodos histórico-críticos la verdad del mensaje. La desproporción entre sus contenidos y los medios para juzgarlo es enorme.
Hay que reconocer los distintos criterios de autenticidad histórica que se han ido fijando a lo largo de los últimos años y que permiten ofrecer ciertas garantías de autenticidad externas sobre os textos.

Ninguna investigación histórico-positiva es capaz de sustituir la opción de la fe por la certeza de un resultado científico.
El testimonio de aquella primera comunidad actúa como una auténtica barrera hermenéutica. No tenemos medios para atravesarla e ir más allá, hacia su génesis. Los escritos paulinos y los Hechos de los Apóstoles contienen noticias preciosas sobre aquella comunidad, pero muy escuetas, y, insuficientes para construir sobre ellas la historia de la redacción de los Evangelios.

Cabe pensar que, en algunos intentos de explicación genética de las doctrinas evangélicas, yace sencillamente un prejuicio antisobrenatural.
El Jesús de la historia está en continuidad con el Cristo de la fe. En ese marco histórico, se presenta la confesión de fe de aquella Iglesia, que no distingue entre el Jesús de la historia y el Cristo de la fe, sino que nos lo presenta como una sola cosa, porque su testimonio quiere ser a la vez histórico y de fe. (1Jn. 1:1-3).
Ante este testimonio, el teólogo no puede juzgar plenamente ninguno de los dos aspectos: ante la historia, ante la fe.
Como criterio del conocimiento teológico; solo quien cree- quien acepta el testimonio como verdadero- está en condiciones de elaborar la teología.

6. La llave de la ciencia
El teólogo cuenta con mayores conocimientos sobre el sentido de las doctrinas propuestas y sobre su contexto histórico, pero su ciencia no le ahorra la disyuntiva de creer o no. La desproporción entre el contenido del testimonio y las garantías históricas que se pueden ofrecer, es tan grande que nunca podrá considerarse la fe científicamente demostrada.

La teología empieza con la fe y no está en condiciones de juzgar la intrínseca verdad que la fe transmite, sino que la acepta como punto de partida. Puede, evidentemente, descubrir signos de credibilidad en el testimonio, pero no controlarlo plenamente.

El teólogo se sitúa dentro de una comunidad que cree en el testimonio. Forma parte de la fe revelada, la creencia de que ese conocimiento viene ilustrado y sostenido por Dios mismo, que mediante su espíritu enseño y enseña a la iglesia lo que su Hijo le dijo. Pertenece a la fe cristiana la certeza de que la comprensión que la Iglesia tiene a propósito de esa fe es correcta, y que lo que ha enseñado durante siglos no puede ser sino verdadero.

Todo esto pone a la Teología en una situación específica dentro de los demás saberse. Todo el que tiene una fe mínimamente ilustrada posee, las verdades fundamentales. El teólogo procede en cierto modo de lo seguro hacia lo inseguro, de la verdad de la fe hacia la conjetura de la hipótesis y desde la fe se puede juzgar sus conclusiones.

6. Sujeto o sujetos teologizadores

1. La hegemonía de una teología
a) Hablar de “las cosas de Dios”…
b)…Y evitar hablar de lo humano
La teología será una verdadera, buena y atrayente teología si mira sólo a Dios y. aunque no lo diga así. Trata de evitar que entre todo lo “otro humano”.
c) Los hombres del culto
Si la teología mira a Dios y su sujeto teologizador es un consagrado capaz de abstraerse de todo contacto con el mundo y liberarse de todos sus problemas, es necesario que dicho hombre tenga un signo que lo evidencie como tal, una marca pública de su exclusividad para con Dios. ¿Cuál es el signo evidente de esto en la Iglesia Católica? El celibato. En esta teología, el sujeto hacedor de teología es un consagrado y célibe.
d) La mujer, excluida de la teología
e) Sujeto blanco y occidental
En esta teología clásica, el sujeto que hace teología es un varón, consagrado, célibe y, además, occidental y blanco. Entonces ¿Qué pasa con los negros africanos, los asiáticos amarillos, los cobrizos latinoamericanos? En principio, todos ellos no pueden hacer teología. El status gnosológico condicionado por su realidad geográfica e historia no lo habilita para hacer teología y, sobre todo, una ortodoxa teología.
f) Hacia otro modo de hacer teología
La teología como toda construcción de conocimiento lleva en sí también juegos de poderes. Los señores teólogos del traje nunca van a decir espontáneamente: “Qué lindo”, hagamos un seminario de teología para laicos”, porque son otros los sujetos hacedores de teología y sus consecuentes diferencias en el modo de construcción de conocimiento.





2. La teología, más de los hombres que de Dios.
a) La teología como conocimiento precario
Al no explicar que la teología es sólo un conocimiento precario de Dios-ciencia subalterna según Tomas de Aquino- y que tiene que ver con los sujetos que la construyen, la misma termino casi identificándose con Dios y su palabra Revelada; como un teléfono directo de Dios para con nosotros. Este imaginario religioso no solo redujo la teología a los sujetos clérigos sino que encorsetó a los demás. En esta teología ellos son los interlocutores oficiales de Dios.
b) La teología, un conocimiento propio de los creyentes
La teología tiene que ver con los sujetos creyentes que tratan de entender, de sentir, de pensar, y de construir la vida en clave de Dios. La teología es de aquellos que creen en Dios y a partir de eso quieren dar razón de lo que creen, esperan, viven y practican. La teología tiene fundamentalmente relación con las muchas experiencias humanas y su sentido religioso, y no con una única presencia divina.

3. Sujetos teologizadores
a) Una sola fe y muchas teologías
Todo aquel que quiere dar razón de lo que cree, espera y practica está haciendo de algún modo teología. Nadie tiene todas las palabras, pero siempre tiene una palabra para decir. Cabría también preguntarse si toda teología solo por el hecho de pensar o hablar de Dios es teología cristiana. Naturalmente no. Pensar teológicamente en cristiano no solo es pensar en lo sagrado de Dios sino en Dios que se hizo hombre.
b) Una fe cristiana y distintos sujetos teologizadores
El sujeto hacedor ya no tiene que ser necesariamente así: varón, célibe o consagrado. En cristo, dice San Pablo, somos todos iguales, hijos de Dios, y ya no hay diferencias sustanciales, sí diferencias históricas. ¿Quiénes son los sujetos hacedores de teología cristiana? Todo sujeto creyente, Varones y mujeres que creen en Jesús, camino, verdad y vida.

4. Artistas de la vida
a) La teología como sentido de la vida
Si es posible dar razones de nuestras vidas, es porque descubrimos las grandes cosas de la experiencia cotidiana.
b) Los teólogos/as artistas de la vida
Si la teología le da sentido a la vida; entonces, los teólogos y las teólogas son quienes dibujan la belleza de Dios para la vida. La teología no es de gente sin creatividad. La teología es de todos, varones, mujeres, pero no todos pueden hacer teología. Es de los que caminando son capaces de ir dando razón de lo que creen, de lo que esperan y de lo que luchan; artistas que dan sentido a la vida cotidiana con creativa imaginación.

5. Constructores de la vida
a) Sentido en la vida
Si algo les ha faltado últimamente a las iglesias cristianas históricas es justamente una palabra de artista que sane, que aliente, que dé ternura, que dé calor, que pueda decir amigo, amiga, hermano, hermana, dios sigue con nosotros, no es poca cosa decir eso.
b) La vida con sentido
Dos aspectos de este estilo teológico: uno que da sentido a la vida diaria y otro que orienta y vislumbra los camino por los que transitaría la nueva humanidad hacia una vida que valga la pena ser vivida.
C) “Sueños diurnos”
No hay teología sin sueños diurnos, porque los sueños son los que relativizan las situaciones y realidades que parecerían ser siempre eternas. Solo quién deja de soñar ya no tiene qué buscar, qué procurar, qué perseguir, qué construir o qué realizar. La resurrección de Jesús, permite también soñar lo no soñado y abrirse a lo ni siquiera hasta ahora imaginado.

7. Anselmo de Canterbury ¿Por qué es importante teológicamente para la historia del pensamiento cristiano.

Introducción:
(Siglo XII), Justo González dice “que este siglo trajo consigo una nueva era en la historia del pensamiento cristiano. Una iglesia en vías de reformas que al mismo tiempo reclamaba autoridad por encima de los príncipes. Las condiciones sociales hacen que la “teología se recluya en los claustros”
González añade que este saber teológico y filosófico pasa del monasterio a las escuelas catedralicias, anunciando así lo que serían las universidades del siglo XIII.
Al final del siglo XI, siglo que produjo no podía sino producir grandes teólogos y filósofos, la figura más eminente: San Anselmo de Canterbury. Para muchos filósofos Anselmo es el primer gran filósofo medieval después de Escoto Eriugena, el fundador de la Escolástica que en él adquiere ya su perfil definido. Anselmo está inmerso en la tradición patrística, de ascendencia agustiniana y platónica.
¿Qué es lo novedoso de Anselmo en la Teología? ¿Es posible demostrar la existencia de eso que llamamos Dios? ¿Por qué es importante filosóficamente San Anselmo para la filosofía?

1. Su vida
Anselmo nació de noble familia en Aosta del Piamonte hacia el año 1033. todos los ratos libres los dedicaba a estudiar y a escribir. Más tarde Anselmo diría: “Mis progresos espirituales, después de Dios y de mi madre, los debo a haber tenido unos excelentes profesores en mi niñez, los Padres Benedictinos”. El papá lo llevaba a fiestas y a torneos. Pero después de cada fiesta mundana sentía su alma llena de tristeza y desilusión. Entonces, Anselmo se fue inclinando más a ganarse el cielo que las glorias humanas.
Después de la muerte de su madre abandono la casa paterna, para proseguir sus estudios en Borgoña.
A los 27 años, en 1060, Anselmo ingresó en el monasterio de Bec, donde se convirtió en discípulo y gran amigo de Lanfranco. Éste fue nombrado abad de San Esteban de Caen, tres años más tarde y Anselmo pasó a ser el prior de Bec. En 1093, fue nombrado arzobispo de Canterbury, sucediendo también a ¨Lanfranco, continuando su labor de restauración de los monasterios inglese, arrasados por la invasión danesa. Desplegó una actividad extraordinaria defendiendo el poder espiritual conforme a la normas de Gregorio VII. Esto le hizo enfrentarse con Guillermo el Rojo (1087-1100) y Enrique Beauclerc (1100-1109), teniendo que sufrir por dos veces en el destierro. Volvió a Inglaterra en 1106, donde murió en 21 de abril de 1109.
2. Sus obras
numerosas cartas llenas de sustancias doctrinales; las que más importan tanto para la teología, filosofía son el Dialogus grammatico, Monologium, Proslogion , etc. Meditaciones y oraciones, la mayor parte espúreas, y un epistolario de 445 cartas muy interesantes en el aspecto doctrinal e histórico. Sus dos obras mas conocidas que ayudaron a integrar la razón y la fe: El Monologium y el Proslogium.
Anselmo parte de la fe; las demostraciones no se dirigen a sustentar la fe, sino están soportadas por ella. Este pensador cree para entender, no a la inversa. Distingue entre un fe viva que obra y una fe muerta, ociosa.; la fe viva se funda en un amor que es quien le da vida. Sin fe no se puede llegar a entender el corazón de Dios.
3. Su pensamiento
Es el primer pensador original de la Edad Media. Posee una formidable agudeza dialéctica, caldeada por el fuego del amor y de la experiencia religiosa, siguiendo las huellas de San Agustín. Anselmo adopta una posición armónica de equilibrio entre ambas (razón y fe), siguiendo la línea agustiniana. En un orden jerárquico, lo primero es la fe y después la razón. Se inclina por el lema fe que busca la inteligencia. Es de los primeros en intentar razonar sobre la propia fe con el recurso a la lógica de su tiempo. Su obra De grammatíco se considera una de las primeras obras de semántica medieval.

Frente a los antidialécticos que repudiaban la ciencia humana. Defiende su utilidad para la explicación y comprensión de las verdades aceptadas por la fe. Primero creer y aceptar los misterios tal como los propone la fe; y después, trabajar por explicarlos con ayuda de la razón. El resultado de este procedimiento es la inteligencia de la fe, el grado más alto al que puede llegar el entendimiento humano antes de la visión beatífica.

Aportes y desafios de la teología pentecostal

Seminario Teológico Misionero Tiranno
Materia: El quehacer teológico
Profesor: Cantero Luis Eduardo
Alumna: Ana Montes
Curso: 4ª año

Aportes y desafíos de la teología Pentecostal

Con frecuencia se ha expresado el argumento de que el pentescostalismo sí tiene teología, pero que esta no se elabora y expresa por los canales tradicionales del discurso teológico tradicional, es decir en forma racional, argumentativa y escrita, sino que ella se encuentra expresada en los cantos predicaciones y testimonios es decir, en la realidad Pentecostal; una de sus características esenciales.
Pero también debemos señalar que existe una producción teológica Pentecostal escrita aún modesta pero creciente en cantidad y calidad.

Teología Pentecostal
1. Saber, conocer y ser en el pentecostalismo
El pentecostalismo es tal vez el movimiento religioso latinoamericano que más ha padecido la influencia de modelos y contenidos educativos. Pero le debemos el saber y conocer son actividades que están directamente relacionadas y medidas por el entorno en que nos relacionamos y donde existimos, es por eso que la teología Pentecostal sólo podrá ser significativa al saber teológico latinoameriamericano y universal desde su autoafirmación y auto expresión.
Ahora bien, si entendemos como el saber como el cúmulo de sabiduría genética, cultural, ambiental, social, familiar, emocional, espiritual que poseemos consciente o inconsciente, y el Conocer lo relacionamos más con la acumulación de experiencias y datos específicamente procurados y logrados, por ejemplo: por el estudio y la investigación, estaremos en mejores condiciones de discutir temas teológicos desde cualquier perspectiva.
El pentecostalimo tiene tanto un saber teológico como un conocimiento teológico, pero que estos están es desequilibrio, y que este desequilibrio ser manifiesta en el ser Pentecostal.
El pentecostalismo es una espiritualidad cristiana donde el ser esta más relacionado con el saber que con el conocer, es decir la persona Pentecostal es una persona que puede tener una profunda experiencia espiritual y existencial, que marca su identidad cristiana, sin haber pasado por un proceso de adquisición de un conocimiento racional de los dogmas y tradiciones dominantes del cristianismo. Ellos saben de Dios a través de la experiencia, entonces que no lo expresen en forma escrita y sistemática no significa que no tengan conocimiento certero a cerca teología.

2. Teología Pentecostal: ¿Qué debe ser y quine debe hacerla?
Se puede estar o no de acuerdo con la argumentación, el uso de la Biblia, la hermenéutica, el vocabulario, pero no se puede negar el saber de Dios.
El que de la teología Pentecostal deberá estar relacionada con su profunda experiencia espiritual, su sensibilidad, su relación con la divinidad. La teología Pentecostal deberá ser la expresión y autoafirmación del pentecostalismo como un saber y un conocer de Dios a través de la experiencia. Y esa experiencia se comparte entre todos maestros-aprendiz, ambos aprenden de ambos.

3. Aportes (probables) metodológicos y epistemológicos de la teología Pentecostal al quehacer teológico en América Latina y el Caribe.

1. TEOLOGIA CON ESPIRITU
El tema del Espíritu Santo deberá seguir siendo un pilar de nuestro pensamiento teológico, pero un Espíritu al que le permitamos expresarse y autorrevelarse más allá de las categorías y experiencias en las que con frecuencia los pentecostales lo han limitado.
Cualquier método, filosofía, hermenéutica entre otros técnicas sino están bajo el poder y la guía del Espíritu Santo pueden llegar a nosotros huecas y sin poder, ese poder que trasforma al vidas de todas las personas.

2. TEOLOGÍA COMUNITARIA
La teología Pentecostal se alimenta de la vida de sus comunidades, por ello está en las mejores condiciones de establecer la requerida vinculación entre las comunidades y la academia casi de manera natural, los pentecostales parten de la realidad concreta de las personas y tratan de buscar las respuestas de las preguntas y necesidades de sus congregantes.

3. TEOLOGIA RADICAL Y PROPIA
La Biblia es uno de los sólidos fundamentos en la fe y la praxis en los cultos pentecostales, por eso la teología Pentecostal deberá ser decididamente bíblica, esforzándose por el conocimiento y manejo correcto de los recursos académicos del estudio y análisis de las escrituras. Pero estos métodos y su aplicación no deberán convertirse en una meta en si, sino una herramienta, en un medio de apropiación del mensaje bíblico que nos apunta a desarrollar una espiritualidad con convicciones espirituales y cristianas.
La teología Pentecostal es radical en el sentido que se entenderá como comprometida tanto con el ser Pentecostal, como con el saber y el conocer Pentecostal. Busca identificar y articular la experiencia espiritual y las convicciones religiosas de los creyentes.

4. DESAFIOS PROBABLES DEL PENTECOSTALISMO A LA EDUCACION TEOLÓGICA EN A. L.

Debemos reconocer el movimiento evangelizador que en las últimas décadas viene realizando la iglesia Pentecostal, y que este movimiento se dio o fue aceptado a las clases de los sectores más desprotegidos y que la mayoría de los feligreses y pastores son de niveles de educativos medio, pero esta realidad esta cambiando en estos últimos años.
Otro sector muy importante dentro de la comunidad Pentecostal, es el rol de la mujer, ya que constituyen el 75 % de la población en la congregacional.
El desafío entonces es sistematizar todo ese conocimiento experimental y plasmarlo en forma académica y sistematizada, ya que cuentan con hombres y mujeres con capacidades y llenas del Espíritu Santo para trasmitir las verdades reveladas en la Biblia que traen esperanza en un mundo donde cada día se pierden valores espirituales.

Fundamentos teológicos del quehacer misionológico (Ana Montes)

Seminario Teológico Misionero Tiranno
Materia: El quehacer teológico
Profesor: Cantero Luis Eduardo
Alumna: Ana Montes
Curso: 4ª año

Fundamentos teológicos del quehacer Misionológico

El despertar misionero en América Latina es evidente, ya que la Iglesia evangélica está asumiendo su responsabilidad con respecto a la predicación del evangelio a todas las partes del mundo, pero también debemos reconocer lo mucho que nos falta por hacer, debido a las diferencias particulares que hemos y tenemos como pueblo de Dios.

Dios: El originador del proceso misionero

En Mateo 25:34 el texto revela lo siguiente: Los ciudadanos del reino (el llamamiento, venid) el mediador (Jesús) y el soberano del reino (Dios)
Dios como creador: Según el Génesis, Dios hizo al hombre para que este en comunión con le creador (Dios), pero el pecado humano ha distorsionado ese diseño de la creación que trajo como consecuencia deshumanización y muerte.
Dios como redentor: Las escrituras nos hablan de un Dios que se interesa por el mundo entero. Primero Dios promete el redentor (Gn. 3:15), en segundo Dios promete la bendición a las naciones (Gn. 12:2-3) pequeña gran observación la promesa es para todas las familias de la tierra.
El siervo de Jehová y las naciones: (Is. 42:1, 53:12) esta relación trata del siervo de Jehová y de su misión, auque Israel fue infiel con Dios, el Mesías recibió la misión de restaurar a Israel y ser salvación de las naciones.

Dios como el Señor del proceso misionero

Llama y envía: (Mt. 9:35-10:42) Jesús indica al señorío de Dios en tres maneras:
1. Se le llama “señor de la mies”
2. Es objeto de oración y
3. Se le reconoce su derecho de llamar y enviar obreros a su mies.
Cristo el mediador del proceso misionero
Según las escrituras (Col. 1:16) por medio de El fueron creadas todas las cosas. El es el mediador de la salvación “porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo”
La venida de Cristo en carácter de enviado se relaciona con la misión de la Iglesia. El les dijo a los discípulos Como me envió el Padre, así también los envío (Jn 20:21)
Su Misión: Jesús vino al mundo para establecer el reino de Dios:
Primero: Jesús conectó su misión con el cumplimiento de las escrituras, “Vino a cumplir la ley y profetas” (Mt. 5:17)
Segundo: Jesús vino a salvar a los pecadores (Mr. 10:45, Jn 3:17)
Tercero: Jesús vino a destruir al diablo y sus obras (1 Jn 3:8)


El Espíritu Santo: El impulsor del proceso misionero

El Espíritu ungió a Jesús para que cumpliese el ministerio mesiánico entre los hombres, El Espíritu Santo fue enviado del cielo a morar en la iglesia a edificarla y a impulsar el movimiento misionero en todo el mundo.

El Espíritu Santo inviste de poder para testificar: el libro de los hechos atestigua del avance de la iglesia en el mundo por el poder del Espíritu Santo (Hch. 1:8, 4:31, 6:8, 9:31).
El Espíritu preside el quehacer misionero: Lucas atribuye al Espíritu Santo el envío de misioneros al mundo gentil (Hch. 13:2,4)
El Espíritu prepara a los pueblos para el evangelio: el testimonio del libro de los Hechos es que la receptividad de los pueblos hacia el evangelio se debió a una obra de Dios, Así por ejemplo, por la relación con los judíos, los gentiles llegaron a ser prosélitos (temerosos de Dios). El es que hace la obra en cada uno de los corazones de las personas.

La Iglesia el agente del proceso misionero

La iglesia es una nueva comunidad, que refleja los valores del reino, justicia, paz y gozo (Ro. 14:17)
Una comunidad que se somete al señorío de Cristo: Los discípulos fueron llamados a dejar todo y dar su vida por causa del evangelio (Mt. 16:21; 24:25) también se les mando la confesión de la soberanía de Cristo sobre su vida y sobre todas las cosas (Mt. 10:32-33)
La iglesia es una comunidad que testifica: no debemos perder este punto importante para la expansión del reino de Cristo,
La iglesia es una comunidad que crece hacia la madurez: el crecimiento se efectúa por medio de la enseñanza de la palabra de Dios, la Biblia (Ef. 4:11-16) hay que tener en cuenta que el crecimiento no solo tiene que ser en cantidad sino también en calidad.

Conclusión:

En primer lugar la misión es de Dios, es parte del plan de Dios en su gran amor por su creación.
En segundo; la misión es realizada por Dios en última instancia, ya que el Espíritu Santo es el que impulsa y esta en medio de su discípulos para la evangelización.
Y en tercer lugar, el proceso misionero es responsabilidad de la Iglesia, el deseo de Dios es que su iglesia, la comunidad de fe lleve su mensaje a todas las familias de la tierra.
Para que el mensaje de Jesucristo llegue a todos los rincones de la tierra debemos estar de acuerdo como iglesia, dejando de lado todos nuestros intereses particulares denominaciones, y con un corazón como el corazón de Jesús.